Noticia de 20 minutos. https://www.20minutos.es/noticia/5092997/0/vivir-con-discapacidad-intelectual-leve-tener-un-trabajo-es-lo-que-me-ha-hecho-estar-totalmente-integrado/

La discapacidad intelectual es un cajón de sastre dentro de la discapacidad, pues o puede tener lugar sola o estar asociada a determinadas enfermedades, síndromes o trastornos genéticos, como el síndrome de Down, X frágil, Prader-Willi…, ser consecuencia de infecciones, problemas al nacer, traumatismos craneoencefálicos… y un largo etcétera.

Además, dentro de la discapacidad intelectual también encontramos diferentes grados en función de lo afectada que esté la función cognitiva. Es tanta la variedad que, a veces, especialmente cuando son niños, no está muy claro si se trata de un retraso madurativo o de una discapacidad intelectual leve. En este caso, con algunos apoyos, las personas llevar una vida completamente normal, como nos explica la psicóloga Victoria Serrano Fernández, psicóloga, responsable del área de empleo de ADIS, Asociación de Personas con Diversidad Funcional, y nos cuenta en primera persona José Manuel Esteve, que ha conseguido llevar una vida plena gracias a que le han dado la oportunidad de trabajar e integrarse.

¿Qué significa tener discapacidad intelectual leve?

La discapacidad intelectual leve no es muy visible, pues se trata de una discapacidad ligera que no es fácilmente detectable en los primeros años de vida, por eso es habitual que no se diagnostique hasta al menos los cuatro o los seis años de vida del niño, cuando, por un lado, el currículum escolar se vuelve un poco más exigente y, por otro, ya se pueden realizar pruebas estandarizadas para detectarla, como la escala Wechsler de inteligencia.

La principal característica de las personas que tienen una discapacidad intelectual ligera (con un CI de entre el 50 y el 70) es la dificultad para adquirir conocimientos o aprendizajes, sobre todo, como explica Victoria Serrano, «en los que requieren de procesamientos lógico-abstractos».

En algunas ocasiones, sobre todo entre las personas que se acercan al 70, pueden confundirse con aquellas que tienen lo que se denomina inteligencia límite, «las personas con inteligencia límite estarían en un escalón por encima de los que tienen discapacidad intelectual, son personas que obtienen entre 70 y 80 de CI, pero a nivel funcional presentan características muy similares a las personas con discapacidad intelectual leve», explica.

Victoria quiere dejar claro que ambas, tanto las personas con una discapacidad intelectual leve como las que tienen una inteligencia límite, pueden llevar una vida tan plena y normalizada como cualquiera, «con los apoyos necesarios pueden desenvolverse de manera autónoma y funcional en cualquier ámbito de su vida diaria, pues estas personas presentan capacidad para aprender, siempre que se utilicen los apoyos y herramientas adecuados para ello. Simplemente, su capacidad cognitiva y de aprendizaje está por debajo de lo que se denomina ‘la media’, pero suelen logran adaptarse al sistema educativo y desempeñar una actividad profesional. 

Sus habilidades sociales suelen ser relativamente adecuadas y únicamente necesitan ayuda puntual para desenvolverse», destaca. «La mayor dificultad la tengo cuando tengo que aprender algo, que hay que explicármelo de otra manera, sobre todo cuando estaba en el colegio. Pero ahora no encuentro en mi vida ninguna dificultad, ya que hago las mismas cosas que una persona que no tenga ninguna discapacidad», cuenta José Manuel.

Los grandes olvidados

Las principales dificultades que encuentran las personas con discapacidad intelectual a la hora de integrarse de pleno en la sociedad son a nivel social y laboral, sobre todo por lo segundo, pues no trabajar no les permite desarrollarse como quisieran, tampoco a nivel social, «a veces las personas con discapacidad intelectual leve presentan dificultad, no solo a nivel de aprendizaje, también en sus habilidades sociales y de comunicación. Sin embargo, su mayor dificultad para conseguir que su inclusión sea plena en el ámbito social sucede a nivel laboral», asegura Victoria. La causa: la discriminación que padecen para acceder a puestos de trabajo, incluso a los reservados para personas con discapacidad, «en estos puestos casi siempre van a tener mayor ventaja las personas con una discapacidad física o sensorial», reconoce la psicóloga.

Darles la oportunidad de trabajar es, además, la mejor forma de integración y de fomentar que lleven una vida plena e independiente, como recuerda José Manuel, «yo en estos momentos estoy muy integrado. En el pasado sí estaba en casa sin hacer nada y sin tener oportunidades. Ha sido tener un trabajo lo que me ha hecho estar totalmente integrado. Por eso, en la actualidad, no encuentro ninguna limitación, ya que he conseguido tener un trabajo, que es lo que me da autonomía para hacer mi vida, como a mí me gusta», reconoce.

En la actualidad, José Manuel desarrolla su labor profesional en el centro especial de empleo de ADIS, asociación que le ha abierto las puertas y, además de trabajo, le proporciona apoyo en todos los ámbitos de su vida, «tengo el apoyo de mi familia, sobre todo, y de la asociación a la que pertenezco, ADIS, que me ha abierto las puertas a poder hacer muchas cosas que me gustan. Sobre todo, me ha dado la oportunidad de poder trabajar, pero también de hacer otras actividades como hacer de locutor en la radio, hacer deporte en un equipo de futbol…», dice agradecido.

Sin embargo, no es así en muchos casos, pues como recuerda Victoria Serrano, dentro de la discapacidad intelectual, la leve es la gran discriminada, pues, al haber otras personas con más necesidades de apoyo, ellas no reciben el que necesitan, y eso no les permite alcanzar todo su potencial, «las personas con discapacidad intelectual leve y limite son las más desfavorecidas, porque muchas veces no reciben los apoyos necesarios y quedan excluidos del sistema igualdad de oportunidades en los diferentes ámbitos de la vida», recalca.

Y es una pena, pues esto ocurre cuando, con pequeñas ayudas y adaptaciones, podrían llevar a cabo cualquier actividad, «simplemente suelen necesitar apoyos muy específicos para el desarrollo de actividades concretas, para que asimilen y creen una rutina. Apoyo que, además, con el tiempo se podrán ir retirando, ya que llegan a asimilar correctamente las tareas a desempeñar», insiste.

Por Adis

ADIS centra en el programa de desarrollo personal e inserción social para niños/niñas, jóvenes y adultos con diversidad funcional, donde se incluyen los servicios de respiro familiar, ocio y tiempo libre, centro de día, programa formativo de cualificación básica, valoración, orientación y asesoramiento familiar y un conjunto de actividades terapéuticas que abarcan fisioterapia, hidroterapia, logopedia, psicología, estimulación cognitiva y el refuerzo educativo.

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