NOTICIA 2O MINUTOS. “Vi la oferta, pero no me atreví a enviar el currículum”. No es una frase aislada, es el reflejo de una realidad que viven a diario miles de personas con discapacidad en España. Seis de cada diez se autoexcluyen de procesos de selección online. No lo hacen por falta de ganas ni de preparación, sino por las barreras, visibles e invisibles, que les impiden postularse. El entorno digital, que en teoría debía igualar oportunidades, se ha convertido en muchas ocasiones en un filtro excluyente.
Así lo revela el 14º Informe Tecnología y Discapacidad, elaborado por el Observatorio de la Vulnerabilidad y el Empleo de la Fundación Adecco, con el apoyo de Keysight Technologies. Basado en una encuesta a 300 personas con discapacidad en búsqueda activa de empleo, el informe denuncia cómo la discriminación puede comenzar incluso antes de enviar un currículum, con una redacción poco inclusiva o una plataforma inaccesible.
Lenguaje y algoritmos que cierran puertas
Aunque el 83,2% de los encuestados afirma buscar empleo en portales digitales, webs corporativas o aplicaciones móviles, el 60% reconoce que ha evitado postularse a determinadas ofertas. En muchos casos, las descripciones incluían frases como “persona joven y dinámica” o “excelente presencia”, que transmiten exigencias físicas o estéticas que excluyen de forma implícita a quienes no encajan en ese perfil estandarizado. También se dan casos en los que se piden requisitos poco razonables o innecesarios, como el carnet de conducir para trabajos de oficina o la capacidad de permanecer de pie durante toda la jornada, sin contemplar ajustes razonables.
Pero la barrera no es solo el lenguaje. Un 31,5% de las personas encuestadas señala que muchas plataformas digitales utilizan filtros automáticos o test mal configurados, que penalizan a quienes necesitan más tiempo para responder o que no tienen trayectorias laborales lineales debido a su situación de salud. Además, un 25% afirma que se ha topado con ofertas imposibles de completar por errores de diseño: formularios no compatibles con lectores de pantalla, imágenes sin texto alternativo o ausencia de subtítulos en vídeos. Elementos invisibles para la mayoría, pero que suponen un muro para muchas personas con discapacidad visual, auditiva o neurodivergente.
Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco, lo resume con claridad: “La discriminación hacia las personas con discapacidad no siempre se produce durante el proceso de selección; en algunos casos comienza antes. Ocurre en la propia redacción de la oferta de empleo que, de forma implícita, las invita a renunciar antes siquiera de intentarlo”.
Salud mental y miedo al rechazo: el doble peso
El informe pone especial atención en el impacto sobre las personas con discapacidad mental, quienes tienden a anticipar el rechazo con mayor frecuencia. En su caso, el porcentaje de autoexclusión se dispara hasta el 75%. La ansiedad ante entrevistas por videollamada, la sobrecarga cognitiva al enfrentarse a formularios extensos o el temor a ser estigmatizadas por sus diagnósticos hace que muchas desistan incluso antes de empezar. “El simple acto de enfrentarse a un anuncio poco claro puede alimentar la autocrítica o generar bloqueo cognitivo”, explica Begoña Bravo, directora de Inclusión de la Fundación Adecco. A esto se suma el hecho de que la mayoría de las ofertas no menciona ajustes razonables ni transmite apertura a la diversidad.
Pese a las barreras, el informe también muestra caminos de oportunidad. Un 43% de las personas encuestadas utiliza herramientas de inteligencia artificial para optimizar su búsqueda de empleo. Herramientas como ChatGPT, Copilot o plataformas específicas para mejorar el currículum les ayudan a redactar cartas de presentación, preparar entrevistas o generar confianza. “La IA, bien empleada, puede ser una palanca de inclusión laboral”, subraya Bravo.
Además, un 82% muestra interés en formarse en sectores tecnológicos como la programación, la ciberseguridad o la inteligencia artificial. Más de la mitad cree factible acceder a un empleo en este ámbito. Estos datos rompen con los estereotipos que tradicionalmente han encasillado a las personas con discapacidad en roles laborales de menor cualificación. Sin embargo, la motivación no siempre se traduce en oportunidades reales: faltan procesos inclusivos, formación adaptada y entornos de trabajo accesibles en el sector IT.
Conscientes de ello, la Fundación Adecco ha puesto en marcha la Escuela Digital para el Empleo, en colaboración con la Agencia para el Empleo del Ayuntamiento de Madrid. Este programa, dirigido a personas empadronadas en la capital, ofrece formación especializada en desarrollo web, análisis de datos, ciberseguridad o inteligencia artificial. Una vía para convertir esa vocación tecnológica en una salida profesional real y sostenible.
“El talento existe. Lo que falta es eliminar las barreras que impiden que llegue”, concluye el informe. Frente a la renuncia silenciosa, el cambio debe empezar en la forma de redactar una oferta, diseñar un formulario o configurar un algoritmo. Porque la inclusión no empieza el día de la entrevista, sino mucho antes: en la pantalla que muchas personas no se atreven a atravesar.
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