Elaborado por, Lorena Espinosa. Logopeda ADIS

La tartamudez o también conocida como disfemia, es un trastorno del habla que se caracteriza por alteraciones en la fluidez del habla.

 Dentro de esta podemos encontrar diferentes comportamientos:

No todo es tartamudez. Debemos diferenciar entre disfluencias del desarrollo o evolutivas de la tartamudez.

     Cuando el niño tiene alrededor de 2,5 – 5 años experimenta un “boom” del lenguaje. , aunque en algunos niños este proceso se puede experimentar antes o después de dicha franja de edad. En ese momento comienza a adquirir mayor vocabulario y sus oraciones son más complejas, donde las disfluencias que aparecen son propias de su aprendizaje del habla y del lenguaje, denominándolas como difluencias del desarrollo, las cuales suelen permanecer  alrededor de 8-14 meses. Si estas no remiten y  persisten pasado ese periodo, podríamos hablar de tartamudez. Por ello, es  fundamental  una valoración y detección precoz.

A continuación podemos ver algunas características que las diferencias de una forma más concreta.

Disfluencias del desarrollo.                                                     

  • Pueden durar semanas o meses
  • No hay movimiento asociados durante el habla
  • No hay conductas de evitación de habla.
  • No encontramos tensión muscular al hablar.
  • Suelen aparecer repeticiones de palabras ( QUIERO QUIERO LA PELOTA) o de silabas ( QUIQUIERO LA PELOTA) . No suelen hacer más de dos repeticiones.

Tartamudez.

  • Duran más de 14 meses.
  • Si pueden haber movimientos asociados como parpadeos, movimiento de cabeza y cuello…
  • Si pueden aparecen conductas de evitación del habla.
  • Si hay tensión muscular al hablar.
  • Hay presencia de repeticiones de palabras y silabas, prolongaciones de sonidos y/o bloqueos. Tienen a realizar más de 2 repeticiones de silabas y palabras ( QUIQUIQUIQUIERO LA PELOTA)
  • Son intermitentes, con periodos en los que podemos encontrar pocas disfluencias.

      Tenemos que tener claro que la tartamudez ( no disfluencias del desarrollo)  no se cura. Siempre van a aparecer disfluencias en mayor o menor medida. Por ello, la función del logopeda es conseguir que la persona con tartamudez sea capaz de controlar su habla, que aprenda y emplee técnicas específicas en el momento en el que aparecen las disfluencias, como también que se encuentre preparado para comunicarse en cualquier ámbito de vida. Como objetivo principal de la intervención logopédica sería facilitar el habla, consiguiendo que se sienta seguro.

    En cuanto al origen  de la tartamudez, siempre ha existido una controversia entre si este es psicológico o neurológico. Diversos estudios recientes hablan de la tartamudez como causa neurológica, en concreto en los “circuitos neurológicos”, donde  interfieren entre la intención de habla y los sistemas motores. También se ha demostrado que la tartamudez puede tener predisposición genética. A pesar de que la causa no es psicológica, las emociones y la experiencia vivida con la tartamudez si van a influir en ella. Por ello, también es importante la intervención psicológica para abordar los problemas asociados a esta, como pueden ser el miedo, estrés, ansiedad, baja autoestima… consiguiendo que la persona acepte la tartamudez como algo que le pertenece y poder afrontar determinas situaciones.

      Además de llevar a cabo una intervención clínica en la tartamudez, debemos tener en cuenta que el niño pasa la mayor parte de su tiempo en el colegio o en casa, por lo que se deben adoptar pautas conjuntas.

¿CÓMO DEBEN ACTUAR LOS DOCENTES?

  • Si detectan disfluencias en su habla, deben hablar con los padres y explicarles la importancia de una consulta con un profesional para una valoración preventiva y un diagnóstico.
  • Darle tiempo para hablar y que pueda expresarse.
  • Trabajar  el turno de palabra. No interrumpirle y tampoco dejar que interrumpa a los demás.
  • Realizarle  preguntas una a una y que tengan rápida respuesta.
  • Hablarle con frases cortas.
  • No establecer un orden ni preguntarle el último.
  • Hablar con el niño en privado, con el objetivo de que se sienta valorado y aceptado por su profesor.
  • Escucharle de forma tranquila, sin prisa.

Por Adis

ADIS centra en el programa de desarrollo personal e inserción social para niños/niñas, jóvenes y adultos con diversidad funcional, donde se incluyen los servicios de respiro familiar, ocio y tiempo libre, centro de día, programa formativo de cualificación básica, valoración, orientación y asesoramiento familiar y un conjunto de actividades terapéuticas que abarcan fisioterapia, hidroterapia, logopedia, psicología, estimulación cognitiva y el refuerzo educativo.

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